El hotel Iturregi con su piscina
Hotel Iturregi, Guipúzcoa

11 hoteles de ensueño en España

Viajes
En Hedonistas seleccionamos once hoteles de ensueño de nuestro país, establecimientos en los que descansar es un placer, remansos de paz de los que jamás desearíamos partir, alojamientos con sumo encanto que nos transportan a otros mundos.

Viajar es uno de los mayores placeres que podemos experimentar a lo largo de nuestra existencia. En ciertas épocas podemos escaparnos con mayor frecuencia, en otras con menor, pero cuando lo hacemos, sea a menudo o no, lo aprovechamos al máximo, exprimimos el viaje de forma que quede marcado en nuestra retina y perdure en nuestros pensamientos. Bien sea conociendo nuevas culturas, admirando otras formas de entender la vida, mimetizándonos entre gentes desconocidas e interesantes, disfrutar de la maravillosa naturaleza de nuestro plañera, de la gastronomía tradicional de cualquier lugar o, simplemente, permitiéndonos el lujo de gozar en un alojamiento privilegiado, en hoteles singulares por sus cualidades, su historia, su diseño, su confort, su ubicación y el entorno que los rodea.

En Hedonistas creemos firmemente en el mayúsculo placer de viajar y creemos, al mismo tiempo, que no siempre es necesario salir de España, para ver mundo. En nuestra casa, sin ir más lejos, encontramos enclaves increíbles, ciudades magníficas por descubrir y, por supuesto, hospedajes donde vivir como en un cuento de hadas. Es por ello que hemos querido seleccionar once hoteles de ensueño españoles que, según nuestro parecer, representan ese ideal de quimera fabulosa, de creernos existiendo en una fantasía áurea, en una utopía extraordinaria. Hoteles especiales, para ocasiones especiales, que al menos una vez en la vida deberíamos poder visitar, vivir en ellos, sumergirnos en su historia y convertirnos en parte de su ser. Hoteles para gozarlos, con todo el significado que guarda la palabra, sin tener la necesidad siquiera de salir de ellos.

Hotel María Cristina, San Sebastián

Una habitación del hotel María Cristina de San SebastiánMaría Cristina, San Sebastián

Con el siglo XX recién emprendido, la ciudad de San Sebastián se convertía poco a poco en uno de los destinos turísticos preferidos por las clases altas europeas. La burguesía del continente disfrutaba de una ciudad tranquila, frente al mar, de claro estilo afrancesado y una gastronomía exquisita. Fue así como una iniciativa para construir un hotel de lujo se puso en marcha y en el año 1912 se materializó con el hotel María Cristina, todo un acontecimiento en la época. Enclavado frente al teatro Victoria Eugenia, auspiciado al mismo tiempo que el establecimiento hostelero e inaugurado también entonces, ofrece idílicas vistas a la desembocadura del río Urumea y el mar Cantábrico.

Es el hotel donde normalmente se alojan los grandes actores que cada año visitan Donostia, durante su famoso festival de cine, y por sus habitaciones han pasado personalidades como Coco Chanel, Audrey Hepburn, Alfred Hitchcock, Mata Hari o León Trotsky. Su lujoso interior se inspira en la belle époque, con numerosas columnas, retratos, brocados de seda y lámparas de araña, y las habitaciones en sí mismas hacen uso de una paleta de colores grisáceos y blancos para influir tranquilidad, sosiego, paz, lujo y confortabilidad en el huésped que las habite. Dispone del restaurante Easo, donde se sirve uno de los mejores desayunos de la ciudad cada mañana, el bar DRY San Sebastián gestionado por el barman Javier de las Muelas, donde disfrutar de cócteles y pintxos, así como un centro culinario, donde huéspedes y cualquier persona que lo desee puede recibir clases de cocina.

Vincci Capitol, Madrid

El famoso cartel de Schweppes del Vincci Capitol con las dos suites detrásrafa_luque editada con licencia CC 2.0

Por el nombre, Vincci Capitol, seguramente no demasiadas personas sepan de qué hotel estamos hablando. Sin embargo, si decimos que es protagonista de algunas de las fotografías más icónicas de Madrid, de su Gran Vía, ha aparecido en no pocas series de televisión y obras cinematrógráficas y es, al mismo tiempo, símbolo de la ciudad, por su privilegiada posición, su estilo art decó y el vistoso luminoso de Schweppes que muestra desde su alta torre, entonces sí, sabremos sin dudar de qué edificio hablamos. El hotel se sitúa como decíamos en la principal artería del centro urbano de la capital de España, en el punto neurálgico donde la cultura emerge en forma de salas de cine, obras de teatro y musicales.

Sus habitaciones son amplias y luminosas, están insonorizadas, ofrecen grandes vistas a la Gran Vía y disponen de servicios añadidos como una carta de almohadas y minibar. Pero si de verdad queremos experimentar la exclusividad y el ensueño de un hotel marcado por albergar en sus bajos el Cine Capitol y formar parte de la cultura popular madrileña, deberíamos alojarnos en una de las dos suites que se esconden tras los más de cien neones de colores que forman uno de los carteles publicitarios más famosos del país. El correteo de luces se produce de 9 de la noche a 7 de la mañana e ilumina de una forma sumamente especial las habitaciones, siendo un placer disfrutar de ellos, por ejemplo, desde el jacuzzi que tiene una de ellas. Pero no hay que preocuparse a la hora de dormir, porque la oscuridad total puede llegar al espacio de 35 metros cuadrados con solamente correr las opacas cortinas de color dorado de las que dispone. Unas vistas únicas desde un lugar único.

Abadía Retuerta LeDomaine, Sardón de Duero

Abadía Retuerta LeDomaine a la caída del sol en otoñoAbadía Retuerta LeDomaine

Nacido en torno al buen vino, el hotel Abadía Retuerta LeDomaine es mucho más que un alojamiento con suma clase en las cercanías de una bodega. El arquitecto Marco Serra ha sido el responsable de tomar una antigua abadía del siglo XII, en los dominios de la bodega del Valle del Duero homónima, y convertirla en un sitio vivo donde los buenos caldos se encuentran con el descanso, el relax y la mejor gastronomía. Los muros enclaustrados del monasterio de estilo románico y barroco, su iglesia, su refectorio, su sala capitular y la hospedería, declaradas Bien de Interés Cultural, se han transformado preservando la arquitectura, manteniendo un diálogo con la historia y conjugando de la mejor forma posible las comodidades actuales con el pasado.

La hospedería se ha transformado en las habitaciones, un conjunto de 27 estancias dobles y tres suites dotadas de un estilo acorde al lujo del hospedaje, con vistas a las amplias extensiones de viñedos y los parajes circundantes. Las estancias monásticas se han restaurado respetando en su mayoría sus usos originales y en espacios accesorios, como un antiguo establo, se ha creado un santuario dedicado al bienestar y los tratamientos holísticos. La oferta del establecimiento se complementa con un notable restaurante gastronómico, dirigido por Pablo Montero, situado en el antiguo refectorio de la abadía y que ha recibido en el poco tiempo que lleva abierto destacados reconocimientos.

Hotel Vivood, Benimantell

Vista exterior de uno de los alojamientos individuales del hotel Vivood©Jabalí Studio

Cuando pensamos en viajar, pensamos frecuentemente en evadirnos. Olvidarnos del mundo, desconectar del día, dejar a un lado las preocupaciones del trabajo o los quebraderos de cabeza personales y simplemente dejarnos llevar. Vivood, un landscape hotel, ofrece esa evasión en un entorno completamente natural, en pleno bosque, alejado de cualquier civilización. Lo encontramos en el valle de Guadalest, en la provincia de Alicante, a cinco minutos de la pequeña localidad de Benimantell, encaramado en idílicas laderas. Rodeados de árboles, cada uno de los alojamientos individuales, separados lo suficientemente unos de los otros para que los huéspedes no puedan molestarse entre sí, están dotados de aire acondicionado, televisión de pantalla plana, amplio baño, conexión a Internet por si la fuésemos a necesitar, aunque lo dudamos, y mobiliario de diseño.

Todos ellos disponen de un amplio ventanal, que ocupa todo un lado de la habitación, con vistas al campo o a la montaña, y alguno de ellos terraza privada e incluso bañera de hidromasaje privada al aire libre. Un verdadero lujo. El complejo natural dispone de un bar, en el que poder tomar un refrigerio disfrutando de su terraza, un restaurante, en el que comer y cenar degustando productos de la propia zona, sostenibles y ecológicos que no para de crecer en calidad y servicio, así como una piscina infinita en la que poder disfrutar de un agradable baño cuando las temperaturas acompañan.

Hotel Iturregi, Guipúzcoa

Una de las habitaciones del hotel Iturregi de GuipúzcoaHotel Iturregi, Guipúzcoa

Un magno caserío tradicional vasco, colocado entre viñas, con extraordinarias vistas al fresco mar Cantábrico y los montes que envuelven la localidad de Getaria, sirve de caparazón para un lujoso hotel de verdadero diseño. Porque tras esas gruesas paredes de piedra y las fuertes vigas de madera a la vista, el diseño del mobiliario, la distribución y la decoración se adueña de todas y cada una de las estancias. Las habitaciones son eclécticas, rebosan suma clase, están protagonizadas por colores neutros y son tan silenciosas como la propia naturaleza circundante.

El hotel Iturregi dispone además de una impresionante piscina, una gran terraza en la que disfrutar del sol, un comedor en el que se sirve un exquisito desayuno gourmet, aunque este también puede ser llevado a las habitaciones, y un restaurante en el que cada noche, para la cena, se proponen varios platos que hacen uso de selectos productos locales. Esta, de igual modo, puede también servida en la habitación. Si uno pone un pie en este establecimiento rural no podrá evitar escaparse a pasear por sus viñedos, ir en busca de los acantilados y sentir la brisa marina.

Hotel Casas de la Judería, Sevilla

Uno de los patios de Casas de la Judería de SevillaCasas de la Judería, Sevilla

En el antiguo barrio judío de Sevilla, en la barriada de Santa Cruz, se sitúa un hotel sumamente particular que apenas insinúa desde el exterior el secreto que aguarda tras las paredes. Se trata de un vasto complejo laberíntico, un conjunto de más de una veintena de casas-palacio y casas populares del siglo XV unidas a través de una cuarentena de patios tradicionales andaluces con jardín, sinuosos pasillos y callejuelas interiores. Una verdadera inmersión en una Sevilla del pasado, desconocida para muchos entonces y desconocida para muchos ahora.

Cada una de las cuasi doscientas habitaciones del hotel Casas de la Judería es única y todas están decoradas y amuebladas de forma armoniosa con el edificio que las alberga, con vigas a la vista, motivos alusivos al pasado de la construcción y los personajes que las habitaron. El alojamiento dispone además de una notable oferta gastronómica con dos restaurantes, el Emporión, solamente pensado para cenas, y el conocido como Salón de los Espejos, donde se sirve el desayuno buffet cada mañana así como también comidas y cenas. Un sorprendente centro termal repleto de mosaicos, inspirado en los baños de la antigua Roma, complementa una experiencia única.

Encís d’Empordà, Gerona

Ultramort, uno de los pueblos cercanos a Encís d’EmpordàJosep Renalias editada con licencia CC BY-SA 3.0

Situado en el bello pueblo medieval de Casavells, localizado en el corazón de la comarca gerundense del Ampurdán, el exclusivo alojamiento rural Encís d’Empordà ofrece a un público adulto el remanso de paz, naturaleza y relax que buscan lejos de la ciudad, los atascos, el trabajo, la contaminación y el ruido. Ocupa una antigua masía catalana del siglo XVI, completamente rehabilitada respetando sus singularidades, equipada con toda clase de lujos que añaden a la idiosincrasia del lugar las comodidades que cualquier huésped desearía.

El hotel boutique consta de solamente siete suites, decoradas cada una de forma única, evocando diferentes épocas relevantes de la historia de la zona. Son amplias, sumamente luminosas, tienen vistas a la población y todas ellas disponen de chimenea, cama king size y bañera clásica o de hidromasaje. La elegancia que posee, sus fenomenales detalles y ese aire rústico que la envuelve han convertido al establecimiento en uno de lo más interesantes y apreciados de la Costa Brava. Además, es un magnífico campo base para, desde allí, disfrutar del senderismo, el enoturismo, acercarse a la playa o visitar algunos de los restaurantes con estrellas Michelin que se encuentran no demasiado lejos. Aunque uno apenas desee salir de la casa.

Palacio de Burgos, Burgos

El claustro del NH Collection Palacio de BurgosNH Collection Palacio de Burgos

Junto al río Arlazón, a pocos pasos de la grandiosa Catedral de Burgos declara Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se erige majestuosa la iglesia y convento de Nuestra Señora de La Merced, un monumento tardogótico de los siglos XV y XVI. Este complejo religioso construido por los Padres Mercedarios acoge en la actualidad, en su iglesia, una parroquia abierta al culto bajo la jurisdicción de la Compañía de Jesús, y en su convento un hotel, el NH Collection Palacio de Burgos.

El claustro conventual separado de la parroquia, con su estilo a caballo entre el gótico y el renacimiento, sus cuatro pandas de tramos cubiertos con bóveda de crucería y su galerías al patio central, cubierto por una pirámide de metal y vidrio naturalmente contemporánea, sirve de distribuidor para las habitaciones y espacio para la celebración de toda clase de eventos. Las estancias del hotel, con sus más de cien habitaciones, mezclan eficazmente el clasicismo y la austeridad que caracterizan al edificio con obras de arte moderno y mobiliario actual. Un espacio emblemático y con mucha historia en el que transportarse al pasado sin abandonar el presente.

Antsotegi Hotela, Vizcaya

Parajes naturales de VizcayaAntsotegi Hotela

El hotel vizcaíno Antsotegi se ubica a los pies del monte Kalamua, en la localidad de Etxebarria, en un paraje natural caracterizado por su rica flora y fauna, sus escarpadas laderas y sus angostos valles. Entrar en él es viajar en el tiempo, volver atrás. El edificio es una antigua ferrería de época medieval, remodelada y adaptada, que mantiene buena parte de los elementos estructurales que tuvo cuando fue construida y el molino de río que tenía adosado. Donde antaño se fabricaban las herramientas a partir del hierro, hoy se recibe a los clientes. Donde se almacenaba el carbón que hacía posible el fuego, hoy encontramos una sala de estas.

Las habitaciones de este establecimiento están decoradas por la propietaria del establecimiento y cuentan con detalles que las hacen únicas. Desde su color, hasta el cabecero de la cama, las lámparas, los muebles, la ropa de cama y la distribución están pensadas para sorprender y encandilar. Algunas de ellas, además, disponen de una espléndida terraza en la que disfrutar del sol. La oferta del hotel se complementa con un restaurante, en el que se sirven platos tradicionales de la gastronomía vasca tanto para comer como para cenar, y un parque de aventuras, en el que se pueden realizar diferentes actividades deportivas.

Marqués de Riscal, Elciego

El hotel-bodega Marqués de Riscal de ElciegoMarqués de Riscal

Dormir, relajarse y disfrutar desde el interior de una verdadera obra de arte se hace realidad en el hotel Marqués de Riscal de Elciego. Creado por el arquitecto canadiense Frank Gehry, hacedor de hitos arquitectónicos como el museo Guggenheim de Bilbao o la Casa Danzante de Praga, el complejo aloja tanto los espacios para los huéspedes y las más de cuarenta habitaciones de las que dispone, así como las instalaciones de bodega de vinos homónima, la más antigua y tradicional de la Rioja Alavesa. A esta conjunción de diseño, arte y vino se le une la gastronomía, gracias al restaurante que entre sus inclinadas paredes violáceas y altos techos, encuentra su sitio.

El edificio fue concebido como una suerte de palacio entre viñedos, como una atalaya desde la que poder divisar, desde cualquiera de las plantas, las vastas extensiones de viñedo de Marqués de Riscal que lo rodean así como el pueblo de Elciego, con el campanario de su iglesia como protagonista sobre un telón confeccionado por las formaciones rocosas de la Sierra de Cantabria. Las habitaciones, diseñadas también por Gehry, tanto en su distribución, como en la decoración y concepción o elección de mobiliario, son elegantes, confortables y, sobre todo, discretas. Porque el protagonismo quiere ser la ventana abierta al entorno, la sensación de formar parte de una tierra regada por el vino y un contemporáneo arte.

La Mozaira, Alboraya

Vista nocturna de La MozairaLa Mozaira

En el corazón de la huerta valenciana y rodeada de campos de chufa, con la brisa del mar Mediterráneo cuasi acariciando sus muros, una alquería valenciana del siglo XVII se ha recuperado y restaurado convertida en un verdadero hotel de ensueño. La Mozaira está situada en Alboraya, a escasos 2 kilómetros de la ciudad de Valencia y prácticamente a un paseo de la playa más cercana, en un recodo de armonía, relajación y bienestar dictado por el devenir de las horas entre apacibles campos de cultivo. Dispone de once habitaciones dobles, divididas entre estándares, superiores o suites, caracterizadas por su nombre de mujer, una elegantísima decoración provenzal, todas las comodidades que uno pueda esperar y una confortabilidad que retendrá al huésped entre sus paredes.

En el apartado gastronómico este encantador hotel rural vuelve a destacar. A la hora que el huésped se levanta, sean las ocho de la mañana o las doce del mediodía, el personal prepara al momento un nutrido desayuno que puede servirse en el comedor de la alquería o en el patio de la entrada, a pie de huerta. En una planta superior de la casa, en un salón abovedado con vigas a la vista, uno puede disfrutar de una mistela casera entre otras bebidas; en la bodega, el único espacio creado en la rehabilitación, de una gran selección de vinos del terreno; y en su restaurante, que normalmente puede visitarse aunque uno no se hospede en el establecimiento, de la cocina mediterránea más tradicional, abastecida por los productos de la propia huerta de La Mozaira.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.