Vista frontal del Panerai Luminor 1950 Marina 3 Days Automatic Acciaio
Panerai

Panerai Luminor 1950 Marina 3 Days Automatic Acciaio, puro deslumbre

Relojes

Luminor Marina 1950 3 Days Automatic, como también es llamado este Officine Panerai, trae como novedad un detalle que puede resultar mínimo pero que transforma por completo un reloj: un nuevo color en la esfera. Belleza, gracias a ello, no le falta.

La forma de su caja de acero inoxidable, con el característico dispositivo protector para su corona, lo han convertido en un icono de la relojería deportiva mundial y, ahora, llega por primera vez con esfera blanca. Hablamos del Luminor Marina 1950 3 Days Automatic, el primer reloj Officine Panerai que combina la caja de 42 milímetros Luminor 1950 con un dial de inmaculado color blanco.

Este reloj, con una hermeticidad garantizada hasta una profundidad de nada más y nada menos que 10 atmósferas, se presenta con un calibre Panerai automático P.9000 con reserva de marcha de tres días y un sistema que permite cambiar la hora en saltos de 60 minutos exactos, sin interferir en el funcionamiento del minutero. El movimiento, además, puede admirarse a través del fondo de cristal de zafiro.

En la esfera, más allá del omnipresente nuevo color, encontramos grandes números arábigos en color negro acompañados por puntos luminiscentes, índices horarios, ventanilla de fecha a las 3 horas y pequeña subesfera con el segundero a las 9.

El Luminor 1950 Marina 3 Days Automatic Acciaio como también es llamado, se ata a la muñeca con una correa de aligátor de color marrón, con una hebilla de acero satinado e incluye, sin coste adicional, una herramienta que posibilita la sustitución de la correa fácilmente.

Officine Panerai, inteligentemente, ha sabido dotar de un nuevo carácter un clásico entre los clásicos con solamente la adición de un color. Y lo cierto es que el modelo lo agradece: belleza no le falta.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.