El reloj Omega Speedmaster Professional Moonwatch
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Omega Speedmaster Professional Moonwatch, el reloj de la exploración espacial

Relojes

Era simplemente el Omega Speedmaster Professional, pero pisar la Luna de la mano de Buzz Aldrin el histórico 21 de julio de 1969 le valió el sobrenombre de The Moonwatch. Es el reloj que viajó a nuestro satélite natural; es todo un icono.

El primer y único reloj utilizado en el satélite natural de nuestro planeta, en la Luna, fue elegido por la NASA en el año 1965 como «el reloj oficial de vuelo para todas las misiones espaciales tripuladas». Las razones de aquel nombramiento eran claras: era el único cronógrafo que había podido salir intacto de las durísimas pruebas de resistencia a impactos extremos, vibraciones, campos magnéticos, temperaturas de -18 a +93 grados Celsius y gravedad cero. Era, por tanto, el reloj ideal para acompañar a los astronautas en los alunizajes.

De este modo fue como el Omega Speedmaster Professional llegó a la Luna aquel histórico 21 de julio de 1969 de la mano, nunca mejor dicho, de Buzz Aldrin. Fue desde aquel preciso momento que el reloj comenzó a ser conocido por todos con el sobrenombre de The Moowatch. Así, es como el modelo de la suiza se convirtió en el Speedmaster Professional Moonwatch.

Caracterizado por su precisión, legibilidad y solidez, se equipó desde su lanzamiento en 1957 hasta el año 1968 con el calibre 321. Entonces fue cuando se sustituyó por el más avanzado identificado con el código numérico 861 que, años más tarde, también sería sustituido.

Una versión actualizada, que aplicaba al movimiento una terminación rodiada de alto grado, que fue bautizada en sus inicios como el calibre 1861 y, tras un ligero embellecimiento, como calibre 1863. Sin embargo, pese a los cambios, el reloj incorpora a día de hoy un movimiento prácticamente idéntico en funcionamiento al que los astronautas de la agencia espacial estadounidense llevaron en su día a nuestro cielo.

El cronógrafo de acero caracterizado por su esfera negra con escala de taquimetría, su diámetro de 42 milímetros concebido para llamar la atención, los índices, aguja horaria y minutero con revestimiento Super-LumiNova, el contador de 30 minutos, el de 12 horas y el pequeño segundero, se presenta en las cuatro versiones que tiene en un estuche especial.

Este, fabricado también en acero noble, incorpora dos pulseras adicionales, una NATO y otra de velcro negra, como las típica de los astronautas, con una herramienta para cambiar las pulseras, una lupa para ver bien cómo hacerlo, unas instrucciones con el paso a paso, una placa metálica conmemorativa y un pequeño libro donde se explican sus aventuras. Un complemento perfecto para el Moonwatch.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.