Imagen promocional del Seamaster 300 Spectre
Omega

Omega Seamaster 300 Spectre de James Bond

Relojes

El Omega Seamaster 300 Spectre Edición Limitada, del agente secreto más conocido de todos los tiempos, será el primer reloj relacionado con la saga que se ponga a la venta al margen de ediciones conmemorativas.

Desde GoldenEye: el regreso del agente 007, el filme de James Bond estrenado en 1995 que protagonizaba por primera vez por el actor Pierce Brosnan, el espía más conocido y carismático del celuloide no ha dejado de portar en su muñeca un Seamaster de Omega.

Un reloj con historia naval y un estilo eminentemente clásico es normal que cautive a un amate de la elegancia y la aventura del agenten encubierto del MI6, por eso, con motivo de la última película que protagoniza, Spectre, la suiza presenta el reloj de edición limitada Omega Seamaster 300 Spectre.

Este nuevo miembro de la saga Seamaster, dedicado al personaje que ahora encarna el actor Daniel Craig, marca un nuevo comienzo siendo el primer reloj relacionado con la franquicia cinematográfica que se pone a la venta al margen de ediciones conmemorativas.

El 300 Spectre, que funciona con el movimiento Omega Master Co-Axial calibre 8400, destaca por actualizar el modelo icónico con un renovado aspecto, nuevas innovaciones y, sin duda, una transformada personalidad. Cuenta con un bisel giratorio bidireccional de buceo —ya sabemos que Bond es capaz de cualquier cosa—, fabricado en una cerámica pulida de color negro que se combina con una escala de 12 horas en LiquidMetal; un segundero “lollipop”, correa NATO de rayas negras y grises y un cierre con el emblema de 007 grabado.

Dado fe de la edición limitada frente a la que estamos, cada una de las unidades lleva grabado el número de serie en la parte posterior junto con el logotipo de Spectre. Las 7.007 piezas que se comercializarán se encontrarán a partir de septiembre en tiendas seleccionadas.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.