Bodegón del The Longines Heritage 1918
Longines

Longines Heritage 1918, un refinamiento de otros tiempos

Relojes

The Longines Heritage 1918 es una de las últimas piezas de la serie Heritage, una colección que crea sus modelos inspirándose en la rica historia de la casa relojera suiza y sus más insignes relojes.

La casa relojera Longines alimenta una de sus líneas más famosas, la colección Heritage, con los numerosos modelos míticos que ha dado a lo largo de su historia. Los relojes que desde el año 1832 crea desde sus instalaciones en la comuna suiza de Saint-Imier. Una de las últimas versiones en ver la luz y conquistar el corazón de los más apegados a la marca ha sido el The Longines Heritage 1918.

Es una nueva edición inspirada en modelos de principios del siglo XX, que evoca los primeros cronógrafos que la marca del reloj de arena alado concibió cuando estos eran todavía una rareza. Para conseguirlo, la pieza parte de las premisas de los guardatiempos de aquella época y toma como punto de partida los relojes de bolsillo que entonces imperaban.

De este modo, a partir de una caja de refinado clasicismo y una esfera blanca lacada pulida, de bordes redondeados, escoge el acero azulado y un barniz color miel para las grandes agujas que marcan los minutos y los segundos y opta por el color azul Longines para colorear el pequeño segundero ubicado a las seis. En esta misma posición, además, encontramos la ventana que permite conocer la fecha y alrededor de la esfera los grandes números arábigos pintados sobre ella en el mismo tono miel de las manecillas principales.

El Longines Heritage 1918 lo encontramos en dos modelos, cada uno en un tamaño, destinado a la adaptación a muñecas tanto femeninas como masculinas. La caja de la versión masculina mide 41 milímetros mientras que la femenina se queda en 38,5.

Ambos se equipan con el calibre mecánico de cuerda automática L615 y una estrecha pulsera de piel de caimán con detalles también en color miel. Cabe destacar, por último, que el modelo femenino puede encontrarse con una versión que incorpora diamantes engastados.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.