Lamborghini Countach, el mito indiscutible de los años 80

Cuando Nuccio Bertone vio las líneas del nuevo prototipo que estaban preparando para Lamborghini se quedó mudo. Luego, apenas pudo exclamar ¡Countach!, una expresión piamontesa reservada para piropear a las mujeres más hermosas. La anécdota llegó finalmente a Lamborghini, donde se decidió asignar esta expresión al prototipo, escapando de la tradición de dar nombres relacionados con los toros a sus impresionantes deportivos.

Y es que no podemos dejar de pensar en la cara de Bertone al ver, nada menos que en 1970, las líneas futuristas del Countach. Su forma en cuña con monocasco presentaba un aspecto agresivo y vanguardista, cuya presentación en el Salón de Ginebra un año después logró despertar la admiración de todos los aficionados al mundo del motor.

El trabajo para hacer del Countach una realidad no fue tarea fácil y llevó más de tres años hasta que pasó a entrar a producción. Como siempre, hubo que adaptar el glorioso diseño original de Bertone, que acabó por ganar tamaño, perdiendo el fantástico monocasco e insertando nuevas tomas de aire que, a la postre, se convirtieron en marca de la casa, al igual que la apertura de puertas vertical.

El coche se fabricó de 1974 a 1990 y hubo varios modelos en constante evolución. El primero, el Countach LP400, fue todo un impacto en la industria de los superdeportivos. Montaba un V12 de 4 litros, el mismo del Miura, capaz de ofrecer 375 caballos de potencia. El LP400S apareció poco después, cambiando un tanto la carrocería y aumentando el tamaño de los neumáticos. Esta versión perdió cierta potencia y aerodinámica.

Hubo que esperar a 1982 para la aparición de un nuevo Countach, el LP500S, quizá la interpretación del deportivo más recordada, sobre todo por su aparición constante en programas de televisión e incluso en los primeros juegos de ordenador sobre carreras de coches. Apenas se retocó la parte exterior, detalles menores en todo caso, con un nuevo motor de casi 5 litros que lanzó al Countach de nuevo a lo más alto, con una velocidad máxima de 310 kilómetros por hora y una aceleración de 0 a 100 de 5,6 segundos.

Tres años más tarde llegaría el 5000QV, para competir con el Testarossa de Ferrari. La principal innovación se apreciaba en que era un cuatro válvulas superando los 5 litros y llegando hasta los 455 caballos. Hubo algunos cambios en el diseño debidos al nuevo motor. En 1988 se lanzó una versión especial, la 25 aniversario, con cambios en los materiales de la carrocería y rediseñando las tomas de aire. El interior se hizo un poco menos espartano, manteniendo el motor y las prestaciones anteriores.