Vista aérea de parte de los jardines de Versalles
ToucanWings editada con licencia CC BY-SA 2.0

5 grandes jardines del mundo

Viajes
Viajamos a cinco de los más bonitos y grandes jardines del mundo. Los jardines Keukehnof, en Holanda, los jardines de Versalles, en Francia, la Casa de Campo, en España, los jardines de Butchart, en Canadá, y los jardines de Yuyuan, en China.

Los jardines son lugares creados para el goce de nuestros sentidos. Espacios donde se cultivan especies vegetales, desde árboles a plantas más pequeñas, arbustos y flores. Enclaves donde fuentes, esculturas, bancos y grandes paseos sirven de telón de fondo de un espectáculo, el de su naturaleza, dispuesto para revolvernos las entrañas y hacernos sentir más vivos de una forma más que especial.

Por eso queremos reunir cinco de los más grandes y bonitos jardines del mundo. Cinco enormes espacios botánicos que, si podemos, deberíamos visitar al menos una vez en la vida. Porque lo que se siente bajo sus árboles, entre sus arbustos, sobre su césped es verdaderamente único.

Jardines Keukehnof (Holanda)

Jardines KeukehnofReza editada con licencia CC BY-SA 3.0

Aunque para el gran público no es notablemente conocido, al menos por su nombre los jardines holandeses de Keukehnof son los más grandes de Europa y se los reconoce mundialmente por cultivar los tan característicos tulipanes. Pero además de estas flores, en sus más de 32 hectáreas localizadas entre las localidades de Lisse y Hillegom también podemos encontrar narcisos o jacintos, además de lagos, fuentes y molinos.

Jardines de Versalles (Francia)

Jardines de VersallesJakub Halun editada con licencia CC BY-SA 3.0

Los jardines de Versalles son seguramente uno de los más famosos del mundo. Conservados de forma excelente, como el resto del recinto palaciego, nos transportan a una época de esplendor monárquico en Francia. Es un grandísimo espacio de ocho centenares de hectáreas con la impronta del rey Luis XIV, que acometió unas importantes reformas a mediados del siglo XVII, con multitud de parques, fuentes, esculturas, estanques y especies naturales.

Casa de Campo (España)

Lago de la Casa de CampoI, Xauxa editada con licencia CC BY 2.5

La Casa de Campo es un jardín histórico y el mayor parque público de Madrid, nacido con la decisión del rey Felipe II de trasladar la corte a la ciudad. Fue propiedad histórica de la Corona Española, siendo parte de sus cotos de caza, hasta que la Segunda República lo convirtió en el parque abierto al público que es hoy en día. En sus más de 1.700 hectáreas se encuentran encinares, arbustos como la retama, álamos, castaños, plátanos de sombra, sauces o robles, y en esta flora se han censado más de un centenar de especies distintas de animales.

Jardines de Butchart (Canadá)

Jardines de BuchartRobthepiper editada con licencia CC BY-SA 3.0

Jennie Butchart fue una mujer que en 1904 decidió embellecer la antigua cantera de piedra caliza que la fábrica cementera de su esposo había dejado abandonada en Brentwood Bay, en plena Columbia Británica canadiense. Poco a poco, solamente con sus manos y dentro de sus posibilidades, fue plantando rosales y otras especies vegetales. En 1905 creó un jardín japonés. Apenas dos décadas después, en 1920, más de 50.000 personas visitaban anualmente el jardín. Hoy en día es uno de los más bonitos del mundo.

Jardines de Yuyuan (China)

Jardines de YuyuanJakub Halun editada con licencia CC BY-SA 3.0

Los jardines de Yuyuan, de la ciudad de Shanghái, son uno de los jardines más famosos de la República Popular China. Fue concebido entre los años 1559 y 1577, por la entonces gobernante dinastía Ming, a imagen y semejanza de los jardines imperiales. La misión, estando lejos de la capital, era que los padres del funcionario que lo creó, mayores y con imposibilidad de viajar, pudiesen disfrutar de este tipo de espacios. Ahora es uno de los más visitados, siendo desde 1982 monumento nacional de China.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.