Las Matsuda 2809 sobre una funda
Fotografía cortesía de Matsuda

El retorno de unas gafas de sol míticas, las Matsuda 2809

Moda & Co

Las Matsuda 2809 son míticas gracias a la saga Terminator y la heroína Sarah Connor y, afortunadamente para los pocos elegidos que puedan acceder a ellas, están de vuelta en una edición limitada y sumamente especial.

Pocos serán los que no recuerden la vuelta a las pantallas el año 1991 del T-800 y la incansable Sarah Connor en Terminator 2: el juicio final. Tomando el testigo de su secuela, estrenada en 1984, esta nueva entrega quiso repetir el éxito de su predecesora trayendo de vuelta a la heroína encarnada por Linda Hamilton totalmente transformada respecto a la primera entrega, al igual que el Terminator al que dio vida Arnold Schwarzenegger, con un complemento que no se separó de ella e inevitablemente popularizó: las gafas de sol Matsuda 2809.

El pasado año, celebrando el cuarto de siglo de su colección Heritage, Matsuda Eyewear ha querido reeditar esta pieza que el celuloide convirtió en icono y lo hace con un modelo unisex adaptado a los nuevos tiempos, pero con toda la esencia que hizo grande al original.

Las Matsuda 2809 en azulFotografía cortesía de Matsuda

Las Matsuda 2809 resucitadas, hechas en los talleres de la japonesa a mano por más de una decena de trabajadores durante más de un centenar de horas, llegan con lentes polarizadas de mineral de cristal con cuatro capas de revestimiento antirreflejos que se complementan en su versión verde con marcos de tonos dorados y en su versión gris con marcos de tono plata envejecida.

Este verdadero icono de fuerte estética steampunk vuelve con sus tradicionales protectores laterales extraíbles, como no podría ser de otra forma. Se trata de una edición limitada de solamente 250 unidades que se acompañarán de fundas de cuero y una caja de bambú especialmente diseñada para guardarlo todo. Un caramelo para coleccionistas de Matsuda o la saga Terminator.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.