Anillos de plata esterlina

Plata esterlina: qué es y por qué sustituye a la pura en las joyas

Joyas
La plata empleada en joyas, cuberterías y complementos, aunque pueda resulta sorprendente, no se trata de plata pura, sino de la denominada plata esterlina. Una aleación con metales como el cobre que asegura la durabilidad y resistencia de la piezas.

La plata es uno de los pocos metales conocidos desde la antigüedad, al menos desde cuatro milenios antes de nuestra era se sabe que este comenzó a separarse del plomo. Si el resto de metales a excepción del oro eran sensibles a agentes naturales como el fuego que aquellos primitivos humanos eran capaces de aplicarles provocando su derretimiento, la plata y el dorado metal permanecían inalterables. Aquello, infrecuente para ellos, fue el motivo por el que se consideraron regalos de la naturaleza formados por el influjo del Sol en el caso del oro, por su color amarillento, y por la influencia de la Luna en el caso de la plata, dado su intenso color blanquecino.

Sin embargo, pese a las asombrosas propiedades que este lustroso metal poseía, la plata por sí sola no era del todo útil para la mayoría de menesteres en lo que se deseaba emplear. Porque la plata pura, sin más, es especialmente maleable y dúctil, con lo que resulta excesivamente blanda y frágil. Así fue como surgieron con el tiempo las aleaciones, que combinaban unos metales con otros como en el caso del estaño y el cobre para crear el bronce, y con ellas mayores resistencias o nuevas propiedades.

En el caso de la plata, las primeras aleaciones se cree que se realizaron en la Europa continental, y se tiene constancia de que, en el siglo XII, en lo que ahora es el norte de Alemania, se utilizaron para el comercio. Pero no creando un nuevo material como tal con nombre propio, como en el caso del bronce, sino una suerte de nueva plata, una plata «de ley» siguiendo normas o preceptos más o menos oficiales, en los que se añade a la base una pequeña parte de otro metal, el que aportará la consistencia deseada.

Qué es la plata esterlina: 92,5 % de plata y 7,5 % de cobre

Pulsera artesanal de plata esterlina

La plata esterlina —a veces también llamada plata esterlina 925, plata de ley 925 o simplemente plata 925— es una aleación de este metal precioso compuesta por un 92,5 % del peso en plata pura y un restante 7,5 % del peso en otro metal, mayoritariamente el cobre, aunque también se emplea el germanio, el zinc y el platino. Esta es la razón por la cual las joyas de plata que podemos encontrar en el mercado son tan duraderas y también el motivo por el cual es necesario cierto mantenimiento. Las propiedades aportadas por los otros metales, más allá de la propia dureza, pueden causar una desaparición paulatina del brillo natural y cierta oxidación, con lo que dar lustre se hace cuasi obligatorio.

A lo largo de la historia se han encontrado diferentes proporciones de metales, constatadas aproximadamente desde la Inglaterra del siglo XII, aunque con toda probabilidad venían de atrás, y por tanto existen diferentes platas de ley, de acuerdo a las pautas que sigan cada una. No obstante, la que ha conseguido convertirse en poco menos que un estándar ha sido la norma que estamos tratando y que toma su nombre de una derivación del inglés antiguo y unas pequeñas monedas, acuñadas en plata, con una pequeña estrella impresa en una de sus caras.

Firmas de alta joyería tan destacadas como Tiffany & Co. tomaron en su momento la proporción como propia ayudando a su popularización, normalización y práctica estandarización, y saber que estamos ante una pieza joyera que la siga es tan sencillo como buscar la firma. Tratándose de plata esterlina, lo más habitual será encontrar una inscripción realizada por el maestro joyero donde se vea el número 925, la letra ese, una doble ese o la palabra esterlina. La garantía podremos encontrarla echando un vistazo a la parte interior del objeto si se trata de un anillo, en algún costado poco visible si es un collar o en parte posterior si por ejemplo es una hebilla, una pieza de cubertería, unos pendientes o una pulsera.

Patricia de Larrazábal
Patricia de Larrazábal

Disfruto de la vida, de escribir a mano, de ver el mar cada mañana, de la buena comida servida con amor y de mis amigos, lo más importante. Me gusta el mundo de la moda, la belleza y viajar, porque sin experiencias, no somos nadie.