Perspectiva de la Mascarilla de diamantes Yvel
Yvel

Mascarilla de Yvel: diamantes, oro y 1,5 millones de dólares

Joyas
Una mascarilla de diamantes quizás no sea un capricho al alcance de cualquiera. Pero sí de un coleccionista de arte que ha hecho este encargo a la casa Yvel.

Desde que el Covid-19 irrumpió en nuestras vidas, las mascarillas se han convertido en un elemento necesario en nuestro día a día. Las hemos visto en distintas calidades y diseños, y por consiguiente, también en diferentes precios.

Pero quizás lo que no hubiéramos imaginado tan fácilmente es que existiría la posibilidad de gastar 1,5 millones de dólares en una sola mascarilla. Pues bien, ese es el precio de la que un coleccionista de arte ha encargado a Isaac Levy, dueño de la empresa de joyería Yvel. Y por supuesto, a día de hoy, esta es la mascarilla más cara del planeta.

Oro, diamantes y un filtro N99

25 joyeros de la casa están trabajando en esta mascarilla en Israel actualmente. Ha sido creada con 250 gramos de oro de 18 quilates, 3.600 diamantes blancos y negros, y un filtro N99. Según lo previsto, estaría entregada a finales del año.

Mascarilla de diamantes de Yvel frontal dividida en partesYvel

Aunque Levy no ha querido decir cuál es el nombre del cliente que le ha hecho tan peculiar encargo, en ocasiones se ha referido a él como un coleccionista de arte chino que vive en Estados Unidos, y como un multimillonario anónimo de Shangai.

Lo cierto es que durante estos últimos meses, hemos visto nuevas máscaras espectaculares de marcas tales como Aaryah y Lady Grey. Y algunos joyeros finos como Greenwich St. Jewelers y Lizzie Fortunato han creado máscaras de telas reales, que en muy poco tiempo estaban ya agotadas.

No obstante, la creación de Levy está en un nivel superior. Y es que una vez esté completada, además de ser la mascarilla más cara del mundo, es posible que también sea la más pesada, ya que según se ha apuntado desde The Post, podría alcanzar un peso 100 veces superior a una máscara quirúrgica.

Así pues, nos queda la duda de si realmente se le dará uso, o si se trata de un mero capricho al alcance de un misterioso señor de origen chino del que, aparte de saber que es coleccionista de arte, no sabemos mucho más.

María Gil Fernández
María Gil Fernández

Enamorada de la escritura, y de todo lo que representa. La compagino con otras pasiones, pero prácticamente todas guardan alguna relación con ella. Y es que no hay nada que me haga sentir más libre que la palabra escrita; esa que no conoce ninguna clase de frontera.