El Skrei es conocido como el «rey de los bacalaos», y no es para menos. De hecho esta joya gastronómica nórdica cada vez gusta más a los españoles, hasta el punto de que su consumo creció en un 35% en la temporada pasada en nuestro país.
Se pesca en aguas noruegas en los meses de enero a abril desde hace más de mil años, por lo que es un producto de temporada. Su textura es jugosa y firme, y cuando se cocina se abre en lascas. Pero como no podía ser de otra forma, si por algo destaca el Skrei es por su sabor inigualable e intenso.
En noruego Skrei significa nómada, haciendo clara referencia a los mil kilómetros que nada esta especie año tras año a contracorriente, desde el mar de Barents hasta el norte de Noruega. De ahí que una de las notas características de este bacalao sea su fuerte musculatura.
¿Cómo encontramos el Skrei?
La llegada del Skrei es un acontecimiento, ya que no se puede saber a ciencia cierta cuándo aparecerá por las costas noruegas. Los barcos y las redes que lo pescan están sometidos a un riguroso control de cuotas cada temporada, garantizando así la sostenibilidad de su pesca.
Aunque en Noruega se aprecia especialmente la lengua y el hígado del Skrei, en España este pescado llega entero y sin cabeza, entre tres y cuatro días después de haber sido pescado. Se limpia y eviscera el día que se captura, y no pasan más de 12 horas hasta que se envasa para ser enviado.
Un dato curioso del Skrei es que a menudo se le suele llamar «el pescado de San Valentín». Esto se debe por un lado a que esa es la fecha en que suele llegar a las pescaderías. Y por otra parte, a que año tras año, gran cantidad de Skrei «enamorados» empiezan su recorrido para encontrar el amor o desovar, tal como se suele decir en el mundo de los peces.
Beneficios del Skrei
El pescado azul suele tener la fama en lo que al aporte de omega 3 se refiere. Sin embargo las carnes blancas del Skrei pueden cubrir las necesidades diarias de este ácido graso en tan solo 150 gramos.
También es rico en otros nutrientes esenciales, y uno de los pescados más magros, al almacenar la grasa en el hígado y no en sus músculos. El resultado: una estupenda ración de proteínas saludables con muy poca grasa.
