Caviar de Caviar House & Prunier
Caviar House & Prunier

Caviar House & Prunier, los expertos en caviar

Gourmet

Es la unión de valiosos conocimientos sobre el caviar, la alianza entre unos emprendedores que hace décadas y décadas fundamentaron sus negocios en un profundo respeto por el caviar. Es Caviar House & Prunier.

La historia de Caviar House & Prunier y su caviar se prolonga a lo largo de casi un siglo y medio. Es la historia de una pasión desmedida por los productos más nobles y exclusivos del mar. La historia de un descomedido afán por brindar el más exquisito manjar, las inconmensurables huevas de esturión, como la mejor experiencia culinaria que son. La historia, en definitiva, de una unión: la de Caviar House, casa fundada el 1950, y Prunier, cuyos orígenes se remontan al 1872.

Discurría la segunda mitad del siglo XIX cuando Alfred Prunier se propuso abrir un restaurante en la bella ciudad de París. Él, un conocedor de la alta sociedad de la época, quería proporcionarles un lugar donde cenar tranquilamente, adecuadamente, con una atención exquisita y los mejores productos. Y lo consiguió. En poco tiempo, el negocio comenzó a ir viento en poco y a sus mesas, además de sentarse las clases parisinas más pudientes del país, también acudían clientes rusos, por lo que el caviar comenzó a ser una constante.

Fachada del restaurante PrunierCaviar House & Prunier

Esa pasión por el servicio, por ofrecer lo mejor de lo mejor a todos aquellos que quisieran disfrutar del restaurante Prunier, llevaron al fundador a comenzar a producir en 1921 su propio caviar de esturión francés en los ríos Gironde, Garonne y Dordogne. ¿El resultado? Su restaurante era el único capaz de servir un caviar capturado y preparado solamente un día antes. Ponerlo en la mesa en poco menos de 24 horas.

Tiempo después, apenas un par de décadas más adelante, un hombre llamado George Rebeiz fundaba junto a su familia una empresa dedicada a la selección de caviar, Caviar House, con tienda propia. Era el año 1950 y el negocio que llevaba junto a su hijo se convirtió en un fuerte vínculo entre ambos, amarrado por la pasión compartida que le profesaban a esta exquisitez marina. Una alianza en torno a la búsqueda y selección de lo mejor entre lo mejor que llevarían al artífice hasta el mismísimo kilómetro cero de la producción.

Caviar Oscietra de Caviar HouseCaviar House & Prunier

En Irán y la antigua Unión Soviética, en las orillas bañadas por el Caspio, aprendió de mano de los pescadores del esturión todo lo que había que saber sobre el animal y todos los secretos que guardaban sus huevas. Así se granjeó una gran reputación en Francia y en todo el mundo como uno de los mayores entendidos y uno de los mayores y mejores importadores. Como alguien que pasó de poseer una pequeña tienda a dirigir negocios idénticos por todo el mundo y servía en exclusiva a líneas aéreas, gigantes de la importación y otros mayoristas.

Un plato elaborado con caviar PrunierCaviar House & Prunier

Y un buen día se produjo la unión en torno al caviar. El espíritu de Caviar House y su profundo conocimiento del caviar ruso e iraní, con el alma de Prunier y su gran pericia a la hora de ofrecer un producto tremendamente fresco envuelto en la mejor experiencia. Nacía Caviar House & Prunier para ofrecer el mejor caviar, de las mejores variedades y las mejores referencias, a través de sus tiendas físicas distribuidas y su tienda online. Continuaba el restaurante Prunier de París para ofrecer el mejor empaque en torno a la lujosa vianda. Nacían los Seafood Bars para brindar la mejor gastronomía gourmet mundial en los mejores aeropuertos del mundo. Y en conjunto, se preservaba una enorme trayectoria y unos inabarcables conocimientos en torno a una de las riquezas culinarias de este planeta, el caviar.

Toni Castillo
Toni Castillo

La curiosidad a veces me pierde y la inquietud hace que me embarre. Pero sin la una y la otra no sería lo que soy. Me gusta lo sencillo, lo simple, tener respuestas y, si no las encuentro, sacar enseñanzas. Levantarse si se cae. Andar y no parar. Sin la tecnología no sería nadie, pero sin un pedazo de papel y un lápiz me encuentro perdido. De ciudad, pero de campo. De mar, pero de montaña. Hedonista de las pequeñas —y a veces grandes— cosas. Definirse no es sencillo, pero al menos lo he intentado.