Plano cercano de David Simon
David Kindler editada con licencia CC BY 2.0

David Simon, el hombre que revolucionó la televisión

Bien Hecho

Si la televisión actual vive una época dorada, capaz de rivalizar con el cine, esto se debe en gran parte a la innovadora labor de David Simon para la cadena HBO.

Dicen que para escribir bien, hay que saber sobre lo que se escribe. Es muy probable que la carrera de David Simon como escritor y guionista nunca hubiera sido la misma si tras licenciarse en periodismo en la Universidad de Maryland no hubiera recalado en las páginas del Baltimore Sun. Allí cubrió durante trece años la actualidad policial y de sucesos, siendo el Baltimore de los años 80 y principios de los 90 una de las zonas más conflictivas de los Estados Unidos.

Simon trabajó sin descanso durante estos años, cubriendo algunos de los sucesos más espeluznantes de la época, pero siempre con una voluntad de hierro y una pasión por el periodismo de la vieja escuela. Destacó también por su implicación por mantener la independencia de los medios, siendo uno de los líderes sindicales que montaron la gran huelga de los medios en 1987. Al final, cuando el Baltimore Sun fue vendido a un gran grupo, Simon decidió que ya no valía la pena seguir contando la realidad de esa manera. En su cabeza ya sonaban nuevas ideas, a partir de su primera novela: Homicidio.

Con la colaboración del autor David Mills, Simon dio el paso a la televisión con una serie basada en su primer libro, Homicidio, que luego pasó a una versión mucho más elaborada para la cadena de cable HBO en el año 2000. Esa fue la primera de las colaboraciones que hizo de HBO la cadena que es hoy en día y de Simon uno de los guionistas y productores más valorados de la televisión.

Sin duda, cuando hablamos de esta relación hay que hacerlo de The Wire. Esta serie policiaca está considerada como una de las mejores de los últimos treinta años y supuso el primer gran éxito internacional de la HBO. Situada en las calles de Baltimore, Simon aplicó sus más de diez años de experiencia con delincuentes y cuerpos policiales para crear una trama compleja con personajes inolvidables, además de lograr una gran repercusión en el apartado de denuncia social, algo que nunca ha dejado de lado a la hora de crear sus historias.

David Simon recogiendo un premioPeabody Awards-ANDERS KRUSBERG / PEABODY AWARDS editada con licencia CC BY 2.0

The Wire marcó un hito en la televisión, un éxito difícil de superar. Dejando atrás las calles conocidas de Baltimore, Simon se adentró en la realidad de la Nueva Orleans tras el desastre provocado por el huracán Katrina. Treme muestra la reconstrucción de una ciudad, de unas vidas y de la propia alma de la ciudad. Se estrenó de nuevo en la HBO cosechando el aplauso unánime de la crítica.

En los últimos años, Simon se ha especializado en pequeñas miniseries de gran presupuesto, como Show me a Hero, en la que adapta el libro del mismo nombre de Lisa Belkin, sobre el racismo y la corrupción en Nueva York a finales de los años 80. También tiene una serie en proyecto sobre el auge del mundo del porno en Estados Unidos en el mismo periodo, The Deuce, que apuesta de nuevo por la denuncia social y la exposición descarnada de la sociedad contemporánea.

Simon no ha dejado de lado en ningún momento la escritura, y podemos encontrar libros basados en los guiones de sus series y viceversa, como La esquina, Homicidio o The Wire. De hecho, ha logrado premios tan importantes como el Edgar de Ensayo Criminal. Su objetivo parece ser el mismo de su época como periodista, mostrar la realidad, provocar la indignación y la respuesta del público frente a una sociedad cada vez más egoísta e insensible. Quizá a través de las páginas de un diario sus crónicas se perdían en el olvido, pero lo que es seguro es que gracias a sus series, el mundo ha llegado a conocer mucho mejor la terrible vida diaria de ciertas zonas de los Estados Unidos.

Alfredo Álamo
Alfredo Álamo

Escritor, soñador, amante de los viajes largos y sin prisa, disfruto tanto con las cosas sencillas como con los últimos gadgets tecnológicos, con los lugares solitarios y los conciertos abarrotados, la comida tradicional y la nueva gastronomía. Contradicciones, creo, que hacen la vida mucho más interesante.